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Un texto hermoso, pues a pesar de la conducta desordenada de muchos en la iglesia de Corinto, Pablo afirma que “siempre” agradece al Señor por la iglesia de allí, algo que cualquier servidor de Dios no debe olvidar, amar a la iglesia aunque ella no sea perfecta.
En el v. 4 existen dos palabras parecidas en español: gracias y gracia. Sin embargo en griego “gracias” es: eujaristeoo y “gracia”: jaris. La primera es un verbo y tiene la misma raíz que jaris; expresa la alegría de agradecer. La otra es un sustantivo que indica una impartición realizada, en este caso, por Dios a través de Cristo Jesús. La primera es consecuencia de la segunda, o cuando menos así debe ser, pues después de recibir una gracia debemos ser agradecidos.
Cuando el apóstol le dice a la iglesia que fueron enriquecidos en “todo” lo hace con referencia a la vida en Cristo quien les dio “gracia”, tales como los dones poderosos del Espíritu Santo y sobre todo la salvación eterna. Para aclarar mejor el punto Pablo enfatiza que esa riqueza tiene que ver, además, con palabra y toda ciencia, no con riquezas monetarias. La “palabra” es algo así como la misma carta que los corintios estaban leyendo del apóstol, y la ciencia es el conocimiento de la verdad y vida eterna en Jesucristo, no la ciencia que los griegos buscaban (1 Cor. 1:22).
El testimonio de Cristo había sido confirmado entre vosotros resulta en una sutil expresión puesto que si el desorden era característico de los corintios, la división lo era aun más; pero la mirada de amor de un caritativo pastor como Pablo, hace que califique a sus ovejas como dignas de dar gracias por ellas y de ver la confirmación del designio divino, aunque al momento no pareciera que lo hubieran logrado.
Ningún don les hacía falta a los corintios, es decir, los nueve dones que en el capítulo 12 enlistaría el apóstol, serían más que suficientes para que una congregación pentecostal asegurase su crecimiento y prosperidad. Esos carismas tendrían la virtud de lograr la expectativa correcta que debe tener la iglesia respecto a la manifestación (gr. apocalipsis) del Señor. Las iglesias del Señor deben procurar todos los dones del Espíritu Santo.
Os confirmará hasta el fin se puede entender que “el Señor les dará firmeza hasta que todo esté completo”. La idea es ser delante de Jesús irreprensibles (gr. anékletos) . Esta ultima palabra es totalmente paulina, sólo este apóstol la usa en el Nuevo Testamento cinco veces y significa “no acusables”. Cuando dice el apóstol en el día de nuestro Señor Jesucristo se refiere tanto a su manifestación, como al día en el que por la muerte física del creyente le vean cara a cara.
Dios será fiel en llamarnos a la comunión (koinonía) con su hijo Jesucristo. Aparentemente no es necesario aclarar que Dios es fiel, sin embargo cuando uno está dividido y desordenado como un corintio y la iglesia pareciera que se va a fracturar, entonces necesitamos recordar que el Señor no fallará a sus promesas, él es fiel.
La palabra “karisma” es casi de uso exclusivo de Pablo, se usa 17 veces en el Nuevo Testamento y a excepción de Pedro, quien la usa en 1 P 4:10, todas las demás aparecen en escritos paulinos. Siete veces aparece en 1 Corintios y una vez en 2 Corintios, las demás veces en Romanos (6) y en 1 y 2 de Timoteo (2). La pregunta es que si los nueve dones carismáticos enlistados de 1 Corintios 12 son todos los que existen o si esa lista no es exhaustiva, es decir, que existirían aparte de los 9 dones otros tantos más que no define la Escritura. La expresión de 1 Co 1:7 es muy importante puesto que deja entrever que en realidad sólo existen 9 dones carismáticos, no más.
La Biblia de Estudio Pentecostal, Pags.1605-07, llama a los 9 dones: Manifestaciones del Espíritu Santo por medio de los creyentes. A los demás, los dones del ministerio de la iglesia, a saber: apóstoles, profetas, evangelistas, pastores, maestros, diáconos, ayudantes (1 Co 12:28), administradores, exhortadores, consoladores.
