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Las leyes del estado civil de una persona 7:35-40

7:35-40 “Esto lo digo para vuestro provecho; no para tenderos lazo, sino para lo honesto y decente, y para que sin impedimento os acerquéis al Señor. 36Pero si alguno piensa que es impropio para su hija virgen que pase ya de edad, y es necesario que así sea, haga lo que quiera, no peca; que se case. 37Pero el que está firme en su corazón, sin tener necesidad, sino que es dueño de su propia voluntad, y ha resuelto en su corazón guardar a su hija virgen, bien hace. 38De manera que el que la da en casamiento hace bien, y el que no la da en casamiento hace mejor. 39La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor. 40 Pero a mi juicio, más dichosa será si se quedare así; y pienso que también yo tengo el Espíritu de Dios”.



Pablo remata el capítulo moderando respecto a la vida que se puede llevar en cualquier estado civil. Los padres, especialmente en aquellos tiempos y en algunas culturas semitas, tenían poder de otorgar a sus hijas en matrimonio con quien ellos quisieran, ya fuere que estuvieran en edad de casarse o “que pasaran ya de edad” y evidentemente, también tenían el poder de no darlas en matrimonio. Ninguno pecaba, escribió el Apóstol, siempre con la idea de que estas últimas, se dedicaran plenamente a servir al Señor.

Las casadas luchen por su matrimonio, aconseja Pablo, si quedan viudas y quieren casarse de nuevo, no pecan si contraen nuevas nupcias, pues es mejor casarse que andarse quemando de pasión, como advirtió antes, pero es mejor que si ya se libraron de un esposo inconverso ahora disfruten su viudez sirviendo a la iglesia y a sus hermanos. Y para apoyarse, enfatiza: a mi juicio, más dichosa será si se quedare así; y pienso que también yo tengo el Espíritu de Dios, es decir, en su experiencia Pablo enseña que es mejor que no se case de nuevo, será más feliz en libertad piadosa como una viuda que en un matrimonio divorcio civil a la ligera. Como quiera, es un consejo, dice Pablo, “pues a mí también me dirige el Espíritu Santo”.

Nota Doctinal

En este capítulo 7 varias veces menciona Pablo que está dando un consejo por sí mismo, sin tener una cita directa de lo que dijo el “Jesús terrenal” para apoyar su dicho, como se ve en los versículos 12,25,26 y 40. Pero lo refuerza con “no tengo mandamiento del Señor; mas doy mi parecer, como quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel” (7:25) y luego en el 7:40 “Y pienso que también yo tengo el Espíritu de Dios”. Lo que quiere decir que se ha de aceptar lo dicho, o lo escrito, por el Apóstol como Palabra inspirada.

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