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1 CORINTIOS CAPÍTULO 9
Los derechos de un apóstol, 1 Co 9:1-27

9:1-2 “¿No soy apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesús el Señor nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor? 2Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente lo soy; porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor”.



Para conocer los motivos que llevaron al apóstol Pablo a plantear estas preguntas se tiene que saber que este texto es continuación del capítulo ocho en el que exhorta a los creyentes de Corinto a no comer sacrificado a los ídolos para que los hermanos débiles en la fe no se vean afectados. La ciudad de Corinto era una gran ciudad cosmopolita en la que había romanos, griegos, judíos y gente de Asia, pues esta península tenía un puerto comercial a donde llegaban los barcos y también cruzaban rutas terrestres.

Pablo fue el primer misionero que llevó el mensaje de salvación a las personas de este lugar durante su segundo viaje misionero (ver comentario Hechos 18:1-5). Después de haber estado en la sinagoga de Corinto predicando, los judíos se molestaron pues el evangelio de Pablo hablaba del Cristo resucitado, buena nueva que no aceptaron los de la sinagoga.

Quisieron echarlo fuera, pero el tribunal de Galión consideró que Pablo era parte del judaísmo y que mientras el pueblo estuviera en paz, él podía seguir predicando.

Pablo envía esta misiva en la que tiene que volver a doctrinar a los hermanos, no solo de manera memorística, sino de forma práctica. Su propósito es que ellos vivan plenamente la nueva fe y que no escuchen los rumores de que Pablo no era apóstol porque no anduvo con Jesús, Pablo escribe sus argumentos con el estilo de la diatriba y con preguntas retoricas cuyas respuestas son obvias.

El primer versículo presenta cuatro preguntas que responde en el siguiente versículo. Había tres razones importantes que lo certificaban como apóstol.

1. El llamamiento del Señor. Pues no todos los que vieron a Jesús resucitado era apóstoles, sino los que tuvieron un llamamiento y una comisión de parte de Jesús. (Hch 9:1-19)
2. La manifestación del llamado de Dios en su vida para beneficio de los creyentes. Era un evangelista exitoso, donde él se paraba a predicar dejaba una iglesia.
3. La prosperidad de su ministerio. El surgimiento de numerosas iglesias por toda la geografía del imperio romano lo comprobaba. Pablo consideraba que el verdadero apostolado, no debe depender del fundamento puesto por otros, sino de la fundación de iglesias en campos nuevos donde nadie más había hablado antes la palabra de Dios. (Romanos 15:20)

Estas afirmaciones eran hechas para que los Corintios no tuvieran ninguna duda del apostolado de Pablo. Era libre del pecado y con esa libertad, predicaba del Jesús que se le había mostrado rumbo a Damasco, y el mejor sello que podría tener su testimonio eran los hermanos que habían sido salvos durante su ministerio. Pablo era el apóstol a los gentiles y si él no les hubiera hablado de Cristo, seguirían en la esclavitud del pecado.

Nota de carácter ético

Pablo tuvo que tratar con la crítica, el líder tiene que tratar con la critica, la cual puede ser hiriente porque trata parte de verdad sacada de contexto, o con palabras aisladas que retuercen todo. Pablo se entristecía con lo ocurrido, pues los corintios eran sus amados hijos espirituales. Por lo que no podía actuar con indiferencia o tratarlos como un superior a ellos. Con amor trató de dialogar con aquellos que amaba. Un gran ejemplo a seguir, por los líderes de todos los tiempos.

© 2018 La Biblia Continental. Todos los derechos reservados. Diseñado por Creating Destiny Graphics. Biblia Reina Valera 1960 y El texto bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso. Reina-Valera 1960® es una marca registrada de American Bible Society, por lo cual se puede usar solamente bajo licencia.