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Los tesalonicenses constituyeron un gran ejemplo ante los demás, por las cualidades mencionadas en el versículo tres. Un reto permanente era que, todos conocieran a Cristo, y eso es lo que estaban intentando. Su testimonio no solo llegó a la región de Macedonia sino también hasta el sur, incluyendo Atenas en la región de Acaya. Provincias importantes en este tiempo principalmente por sus puertos marítimos. A pesar de las tribulaciones o persecuciones que vivían, el gozo del Espíritu Santo los impulsaba a seguir en su fe, sin negarla.
Tesalónica, tenía una población de aproximadamente 200,000 personas, esto la convertía en la ciudad más grande la región de Macedonia” (Biblia Arqueológica, pág. 1991).
Acaya, era una provincia romana donde se encontraban ciudades como Atenas y Corinto. Abarcaba aproximadamente la mitad del sur de Grecia Antigua. (Diccionario Bíblico Holman, Pág. 22)
“gran tribulación”, desde luego que no es la misma que la Gran Tribulación mencionada por Daniel o el libro de Apocalipsis que ocurrirá en los tiempos finales. Cabe decir que, la palabra “tribulación” proviene del griego Thlipsis que metafóricamente significa: “opresión, aflicción, angustia y dificultad” (Definiciones Griegas de Thayer). Con esta palabra, muestra el Apóstol que, la forma como el Evangelio llego a Tesalónica fue con opresiones y muchas dificultades. Su testimonio llegaría a ser reconocido en un amplia región, como lo era Macedonia.
Los pueblos y ciudades donde se viva siempre serán terreno fértil en donde los fieles creyentes encontrarán personas que se rindan al Señor. El testimonio ante los que nos rodean es de suma importancia para influenciarlos, por lo que los hijos de Dios se esforzarán siempre en no denigrar al Evangelio y ser luz que brille ante los inconversos y ante los propios creyentes. No olvidar que el enemigo ataca dentro y fuera de la iglesia, afectando muchas veces a los creyentes débiles, que pueden regresar al mundo, al observar impropias conductas.
“con gozo del Espíritu Santo”, escribió Pablo. Se debe recordar que El Espíritu Santo, tiene los atributos de la Deidad, es decir, es igual que el Padre y el Hijo. Posee omnisciencia, omnipresencia, omnipotencia, eternidad, santidad. Un atributo preponderante es que imparte gozo a los redimidos por Jesús. Por eso, cuando una persona es bautizada o llena con el Espíritu Santo, es revestida con poder y gozo. Y experimenta una alegría única en su vida diaria, que la familia y personas cercanas la pueden observar. La persona es transformada por el Espíritu Santo y su vida se llena de gozo. Cada día el glorioso Espíritu Santo estará realizando su obra en el creyente que le adore.