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(fe y conducta) Este tipo de individuos, que tendrán apariencia de piedad, se introducen a las casas para engañar a las mujercillas, gunaikarion, un término despectivo para describir a mujeres débiles, o mujeres fáciles. Estas mujeres no tienen convicción, están cargadas de pecado y son débiles en sus deseos. Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad. Quiere decir que asisten a los servicios semanales en una iglesia, sin embargo, no comprenden el verdadero evangelio y no rinden completamente sus voluntades al Señor. Además, se convierten en un blanco perfecto para ser seducidas con falsas enseñanzas y fácilmente siguen a otro pastor.
Ya, el Apóstol Pablo en el capítulo 5 de su primera carta a Timoteo, había catalogado a muchas mujeres: jóvencitas, madres, ancianas y especialmente viudas. De hecho, dedicó 16 versículos del capítulo para dar dirección al pastor Timoteo sobre como tratarlas, y describe a las mujercillas, mencionando que “aprenden a ser ociosas, andando de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también chismosas y entremetidas, hablando lo que no debieran…porque ya algunas se han apartado en pos de Satanás”.
Muchos pastores, viven o han vivido estas experiencias
Seguidamente Pablo describe las acciones de este tipo de hombres y los compara con Janes y Jambres, estos nombres corresponden a los magos de la corte de Faraón (Ex 7:11) que utilizaron sus artes mágicas para imitar el poder de Dios, manifestado en la vara de Aarón. Pero de la misma manera que Dios exhibió a estos farsantes cuando la vara de Aarón se comió las varas de los magos. Así estos falsos maestros, que se oponen a la verdad, porque su mente está pervertida y descalificados a la fe. No llegaran muy lejos porque será exhibida su torpeza.
