La reconciliación descrita incluye también a los colosenses, esta declaración elimina la posición de los judíos que enseñaban que solo ellos eran objeto de la bondad de Dios. Es verdad que en el tiempo pasado eran extraños o mejor dicho extranjeros y no solo eso, sino, enemigos al estar impregnados del pensamiento gnóstico que se basa en el conocimiento elevado la salvación, y que ellos creían que no alcanzaban y por tanto, todo su sistema de conducta era errado y sus obras eran malas, pero ahora estaban reconciliados con Dios.

La expresión en su cuerpo de carne es contraria a la doctrina gnóstica que niega la corporeidad de Cristo. La encarnación de Jesús sin duda es de importancia, ya que sólo así su muerte tiene valor expiatorio. Su obra redentora tiene como meta la santificación, y perfeccionamiento, las palabras sin mancha e irreprensibles, incluyen las ideas de perfección y sin motivos de acusación, respectivamente; estos requisitos son indispensables ya que sin santidad “nadie verá al Señor” (Heb 12:14). Para presentarse delante de Él, esta condicionado a la permanencia en el fundamento y firmeza, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro”.