Robar es un pecado obsceno e indecente, está junto al adulterio, al homosexualismo, a la idolatría y otros, citados en 1 Corintios 6:9. Robar está en la lista de “pecados dignos de excomunión”, es decir, amerita la expulsión de la iglesia de Cristo. En 1 Corintios 5:11 Pablo ya había escrito: “Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aún comáis”. Trabajar es la opción legítima para ganarse el pan. Sin embargo, el fruto de ese trabajo, está grabado por Dios para que se comparta con los necesitados. Algunos usan el pretexto de ayudar al necesitado para robar, pero el fin no justifica los medios. Los principios divinos no permiten este tipo de acciones. Darle a los pobres es un deber sagrado que Dios siempre reclama de su pueblo. “Haced el bien a todos los hombres, mayormente a los domésticos de la fe”. (Gálatas 6:10)