Fiel a su estilo para despedirse, el Apóstol Pablo expresa el deseo de su corazón, al decirles que la paz de Dios reine entre ellos, de la misma manera en que “el amor de Dios excede a todo conocimiento” (Ef 3:19). Debemos recordar que la paz y el amor provienen del Padre, y éstos son elementos del fruto del Espíritu Santo (Ga 5:22), que los cristianos bien cimentados producirán para honra y gloria de su nombre.

Por último, les expresa que “la gracia”, la cual es el favor de Dios para con los creyentes, sea manifiesta en todos aquellos que siguen de verdad al Señor Jesucristo. “con amor inalterable”; Muchos en el camino habían dejado a Pablo y al Señor (2 Ti 4: 9-18), él se mantenía firme en su convicción de honrar a Jesús a pesar de encontrarse encarcelado. El amor que tenía por Jesucristo lo llevaba a obedecerle y servirle con mayor pasión dejando a un lado las complicadas circunstancias que a cualquiera de nosotros pudieran derribarnos, pero que a él lo hacían cada vez más fuerte. ¡Un ejemplo para todas las edades!