LBC Menú
Capítulos:
Luego el escritor de Hebreos, dice que lo real excede sobremanera a la figura. Que aquel suceso que vivieron los israelitas en el monte Sinaí —ni siquiera ese— tiene comparativo con lo real. Y aquel acontecimiento fue tan grande, que aun Moisés, quien estuvo acostumbrado a ver la gloria de Dios dijo: “Estoy espantado y temblando” (v.21). Esto habla de la tremenda seriedad del compromiso hecho con Dios: “sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo…” (v. 22). Dios en el tiempo antiguo tan sólo dio un pequeño vislumbre de su gloria, que terminó siendo una figura de lo real, por tanto, ¿qué tan grandioso no será lo real?
Luego empieza a mencionar sobre lo real: el monte de Sion, el lugar de la sede del Dios vivo, la Jerusalén que ahora está en el cielo y que un día bajará ante los ojos de los redimidos (Ap 21:2). Y menciona a la creación angelical de Dios, ¡Qué tan grande no será todo esto! Como dice el apóstol Pablo: “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor a Dios” (2 Cor 7:1).