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¿Por qué el Espíritu Santo prohíbe la predicación del evangelio en Asia?, ¿no hay necesidad en esa zona?, ¿son todos salvos ya? Pareciera que son menos importantes que aquellos a donde el Espíritu Santo dirige a Pablo y su equipo. Este pasaje puede generar algo de inquietud en quienes no entienden la obra del Espíritu Santo en el creyente, pero para el servidor fiel, la guía del Espíritu es incuestionable. Se oye y se obedece su mandato. Enseguida, se confía que el Dios que conoce todas las cosas llevará una respuesta a donde ahora no se permite. El tiempo propiciará reconocer esta realidad.
Frigia, Galacia, Misia y Bitinia pertenecen a Asia. El recorrido desde Listra y Derbe fue enorme, desgastante, pero aun así no se les permitió predicar el evangelio. Pudo haber sido frustrante en algún momento, para el equipo, viajar tanto y no poder cumplir su misión. Sin embargo, en el proceso es posible ver a Pablo guiarlos de manera firme hacia donde sentía la dirección del Espíritu Santo. Intentaron ir a Bitinia y tal vez al Ponto (de donde eran originarios Aquila y Priscila 18:2) pero el Espíritu no se lo permitió, de tal manera que descendieron a Troas, un puerto en el Mar Egeo frente a Europa.
La visión del varón macedonio es la guía que Pablo necesitaba: Ir a Macedonia, provincia de entrada a Europa. Sin dudar, emprendieron el viaje y llegaron a la ciudad de Filipos, perteneciente a Macedonia.
El equipo aumenta. Aquí se hace notoria la inclusión de un miembro más al equipo misionero. Mientras que los primeros versículos del capítulo y aún la mayoría de los capítulos previos, usan el mismo lenguaje en tercera persona del plural, es decir hablando de “ellos” el versículo 10 cambia el sentido al usar la primera persona del plural, es decir “nosotros”. Esto solo puede significar que el autor de este libro, el doctor Lucas, narra la historia de Pablo, Pedro y los demás personajes del libro de los Hechos, desde la vista lejana del investigador; pero a partir del versículo 10 se convierte en un narrador de las vivencias que él tendrá dentro del equipo, pues es en Troas donde se integra al grupo de valientes misioneros.
El doctor Lucas según la tradición nació en Siria, pero encontrarlo en Troas lo hace más probablemente macedonio, de Filipos quizá. Por la referencia paulina, es médico (Col 4:14), y por lo tanto una persona de alto nivel cultural, lo que sin duda se percibe en sus escritos inspirados usando un idioma griego refinado y culto, muy semejante al usado en la Epístola a Los Hebreos. Desde este segundo viaje misionero acompañó a Pablo, incluso en los momentos finales de su vida (2 Ti 4:11). La tradición marca varios posibles escenarios para su martirio, entre los que destaca Roma, por su presencia en la ciudad cuando Pablo sufrió su martirio.
“Enseguida procuramos”. El tiempo de espera terminó. Ya hay una dirección a seguir y la palabra “enseguida” refleja la inquietud de apresurar los pasos para avanzar hacia el objetivo que ahora conocen. No hay más tiempo que perder. Entre tanto, la frase: “dando por cierto”, es una expresión que denota seguridad. No hay duda en el corazón del equipo y confirma la certeza de la interpretación de la visión como el llamado de Dios para ir a predicar el evangelio a Macedonia.
Anunciar el evangelio es una prioridad absoluta, pero hacerlo bajo la dirección del Espíritu Santo sin duda traerá beneficios a largo plazo. Pablo nos enseña la importancia de esperar, confiar y depender del Señor para salir a predicar su palabra a donde él nos indique.