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Pablo regresa a Antioquía y comienza su tercer viaje misionero, Hch 18:22,23

Hechos 18:22-23
“Habiendo arribado a Cesarea, subió para saludar a la iglesia, y luego descendió a Antioquía. 23 Y después de estar allí algún tiempo, salió, recorriendo por orden la región de Galacia y de Frigia, confirmando a todos los discípulos”


El saludo a la iglesia de Jerusalén es sin duda parte de la estrategia de Pablo para subir a la ciudad. Se presenta ante los apóstoles, los ancianos y la iglesia en general para contar las maravillas que Dios había hecho durante esta segunda etapa de su ministerio y sin duda fue igualmente un tiempo de regocijo espiritual para los líderes y creyentes de la iglesia madre, al saber sobre la obra de Dios en tierras tan lejanas. Este corto tiempo en Jerusalén debió servir también como revitalizante para la vida de Pablo.

Su llegada a Antioquía no está llena de tantos detalles, pero fue sin duda igualmente enriquecedora. Pudo haber optado por una pequeña escala en Tarso, estar en casa, en el país de origen, con la familia en la carne y con la familia en la fe, es motivo de gozo y sin duda fortaleció el corazón de Pablo para continuar la labor que Dios le había encomendado.

No se dice cuánto tiempo tardó en cada lugar, al parecer fueron breves días, los necesarios para rendir su informe ante la iglesia y animar su espíritu. Una vez hecho esto, su labor continuaba, había dejado pendientes varios asuntos que requerían su atención.

El objetivo de este tercer viaje era claro: confirmar a los hermanos. Esta vez pasaba con cierta prisa, visitando cada lugar donde había sembrado la palabra y cuidando de la vida espiritual de la iglesia. Aconsejando, animando, organizando, enseñando sin parar de una congregación a otra, pues entendía que era necesario consolidar la fe de los hermanos ante las pruebas y tribulaciones que podían venir a sus vidas. Como podrá verse en capítulos posteriores, esto no significó que Pablo dejó atrás su visión misionera, pues siempre buscó la forma de mantenerse yendo a donde nadie más había ido con la predicación del evangelio.

Para Meditar

Por más que Pablo tuviera una autoridad apostólica bien ganada, su sentido del deber lo hizo acercarse a la iglesia de Jerusalén para mantener los lazos de unidad y fraternidad informando de sus actividades ministeriales a los apóstoles y ancianos de la misma. De igual forma hizo con la iglesia de donde había salido para el campo misionero, manteniendo un respeto absoluto al liderazgo de esas congregaciones, agradeciendo siempre el apoyo que había recibido de estos cuerpos de hermanos para su labor. Cuán importante es que todo aquel que ejerce un liderazgo pueda mantener la perspectiva correcta de rendición de cuentas y fraternidad con los cuerpos y ministerios bajo cuya cobertura creció, se desarrolló y sirvió al Señor.

© 2018 La Biblia Continental. Todos los derechos reservados. Diseñado por Creating Destiny Graphics. Biblia Reina Valera 1960 y El texto bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso. Reina-Valera 1960® es una marca registrada de American Bible Society, por lo cual se puede usar solamente bajo licencia.