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Llega el momento de partir hacia la meta, como en un rally habían pasado por varios lugares, donde era necesario dar indicaciones precisas a los ancianos y exhortarlos a seguir a Cristo, además de despedirse de ellos. Ir hacia Jerusalén, desde la costa hacia la zona montañosa, representaba aproximadamente unos tres días caminando.
La versión (TLA) expres el hecho asi “Pocos días después, nos preparamos y fuimos a Jerusalén, 16 acompañados por algunos de los miembros de la iglesia de Cesarea. Nos llevaron a la casa de un hombre llamado Mnason, que nos invitó a quedarnos con él. Mnason había creído en Jesús, hacía mucho tiempo, y era de la isla de Chipre. 17 Cuando llegamos a la ciudad de Jerusalén los miembros de la iglesia, nos recibieron con mucha alegría.”
Debe decirse que ya quedaban pocos cristianos desde la época del Pentecostés, la mayoría había muerto o huido en la persecución. Así que a los que aún quedaban veían con mucho respeto a Pablo y los suyos. Mnasón era uno de ellos, saludarle y estar con él disfrutando de su hospitalidad fue un grato tiempo. El resto de la hermandad que le conocía y reconocía la labor realizada por Pablo, se gozaba de verlo en Jerusalén. Estos hermanos sabían de los sufrimientos de Pablo, azotes, encarcelamientos, y peligros de muerte.
Con su llegada a Jerusalén, termina el tercer viaje misionero de Pablo.
RESUMEN DE LA OBRA REALIZADA EN LOS 3 VIAJES
En menos de 10 años había logrado la libertad de los creyentes gentiles, librándolos del yugo del legalismo. Había levantado junto a sus colaboradores una cadena de iglesias que iban desde Antioquía de Siria, pasando por Tarso de Cilicia, la parte sur del Asia Menor -Antioquía, Iconio,Listra y Derbe- hasta Éfeso y Troas. Y desde allí llegó a Macedonia y Acaya -Filipos, Tesalónica, Berea, Atenas, Corinto- había levantado ilustres asociados, como Lucas, Timoteo, Silas, Aquila y Priscila, Tito, Aristarco y otros, para que continuaran el trabajo.
Había comenzado una literatura epistolar que ya era considerada como una regla de fe y de práctica, que, al decir de Myer Pearlman, constituyen “la explicación de nuestra salvación”. Sin las epístolas paulinas, que escribió durante sus viajes y luego en las prisiones, el entendimiento del Antiguo Testamento y “el gran misterio de la iglesia” revelado a Pablo (Ef 3:3), no se entendería plenamente “que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio” (Efesios 3:6).
Faltaban Roma y España.