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En esta parte Lucas relata el ministerio de Pablo en la isla de Malta, inicia mencionando el lugar a donde habían arribado los tripulantes del barco; que pertenecía a un hombre prominente de la isla llamado Plubio, quién por demás amable, les invitó a su villa por tres días (El texto sagrado no da luz si solo fue a Pablo con sus dos discípulos Lucas y Aristarco, además del centurión Julio y sus hombres o el total de los 276 tripulantes). En ese momento se enteran que el padre de Plubio estaba gravemente enfermo del aparato digestivo con disentería y fiebre, una de las enfermedades comunes en esa parte del Mediterráneo. Como era la costumbre del apóstol Pablo le puso las manos sobre su cabeza (Lc 4:40) y oró por la sanidad de un hombre que había sido capaz de educar a un hijo tan cortés y hospedador como Plubio .
Lucas narra enfáticamente que en un acto milagroso, Pablo sanó al padre de Plibio de manera inmediata (iaomai: sanidad inmediata). Y al mismo tiempo Lucas, sin decirlo, aparece como un médico diagnosticando la enfermedad del padre de Plubio y en otros casos aun tratando a los enfermos como un doctor.
Las Asambleas de Dios y las iglesias pentecostales, hacen de la sanidad divina, uno de sus cuatro puntos cardinales de doctrina. En su declaración de fe, Asambleas de Dios establece que la sanidad divina no es una doctrina secundaria, sino parte integral del mensaje de la Biblia. Que la relación que Jesús establece de la sanidad del cuerpo con el perdón de los pecados, es fundamental para el cristiano (Mr 2:5-12; Jn 8:7-11) y que su voluntad es que el hombre esté sano de una manera integral (1 Ts 5:23).
Los evangelios muestran a Jesús sanando constantemente, como una manifestación de su unción (Lc 4:18) y de su amor (Mt 14:14). El libro de los Hechos y las Epístolas mencionan a los apóstoles continuando la obra sanadora, como se observa a Pablo en este capítulo (28:8,9). Y durante toda la historia del cristianismo, los creyentes obedientes han visto respaldada su fe en Jesús, al orar por los enfermos (Hch 4:10, Stg 5: 14-16)
El resultado fue que se difundió por toda la isla maltesa el acto milagroso de Pablo, entonces muchos de los habitantes los buscaron para ser atendidos de diversas enfermedades. Cuando Lucas enfatiza venían, y eran sanados en el versículo 9, utiliza el verbo therapeou para la palabra sanidad, diferente de la acción de Pablo en la sanidad iaomai, de allí que se puede entender que Lucas intervino en su profesión de médico para darle salud física a los nativos.
El énfasis del mensaje transmitido es que ya sea de manera milagrosa como Pablo o por las habilidades y destrezas del médico Lucas, el Señor ama a la humanidad y no quiere el sufrimiento para ella. Es aquí en donde se manifiestan los principios del evangelio, de que Jesucristo salva y sana. En lógica consecuencia los malteses se volcaron en agradecimiento a Pablo, y sus compañeros y los inundaron de obsequios y muchas provisiones para la siguiente etapa del viaje rumbo a Roma.
Toda la humanidad ha sido capacitada por el Soberano Creador con habilidades y destrezas innatas (Gen. 1:28). Algunas como el caso de Lucas el médico amado, han sido desarrolladas. Y al igual que él estas pueden ser redimidas para la extensión del Reino del Señor en la tierra al mostrar en justa misericordia amor práctico por el necesitado. La visión evangélica para América Latina debe enfatizar que los hijos de cristianos estudien profesiones que se puedan poner al servicio de la sociedad contemporánea, como parte del mandato del Señor, de cumplir la gran comisión.
