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En una ocasión Pedro había tenido una pesca milagrosa, al grado que tuvo que llamar a los de otras barcas que le ayudaran, esta fue una pesca más milagrosa pues se había convertido en un pescador de hombres. ¡Qué gran fiesta en el cielo! Tres mil personas entregaron su vida al Señor y fueron bautizados.
Jesús en su ministerio había exhortado a esa generación (lc 9:41; 11:29) porque eran personas muy incrédulas, querían señales portentosas para poder creer.
Pedro les sigue exhortando al arrepentimiento y no esperar la ira venidera de Dios. Les pide que sean salvos pues esa generación era mala y perversa, quizá vino a su mente las palabras de Jesús La reina del Sur se levantará en el juicio con los hombres de esta generación y los condenará… porque uno mayor que Salomón está en este lugar. Lucas 11:31.
Era muy importante en su mensaje que los judíos ávidos de conocer el evangelio, supieran que había un día de la ira venidera de Dios, de hecho cuando citó la profecía de Joel habló de ese día, aunque su propósito era centrarse en la frase Todo el que invocare el nombre del Señor será salvo (2:21). Sin embargo consideró necesario también hacer de su conocimiento que hay un juicio para los que no creen.
