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Los líderes judíos en respuesta a la confrontación de Pedro de que habían dado muerte a su propio Mesías, querían matarlos, se enfurecían (gr.”dieprionto”, cortar con una sierra, metafóricamente ser cortado), pero el consejo del rabino Gamaliel impidió que lo llevaran a cabo.
Gamaliel, nieto de Hillel, maestro de Pablo (Hechos 22:·3), y después presidente del Sanedrín, a quien algunos identifican como uno de los doctores que oyó a Jesús siendo niño en el templo (Lucas 2:47), era conocido como el más grande maestro de la Ley en su tiempo, “era un hombre amable, mucho más tolerante que sus compañeros… uno de los pocos a los que se le otorgaba el título honorífico de «Rabbán». Le llamaban «La hermosura de la Ley». Cuando murió, se dijo: «Desde que ha muerto Rabbán Gamaliel ya no se respeta la Ley; y la pureza y la abstinencia murieron con él»” (W Barclay, Comentario al Nuevo Testamento, Tomo 7 Los Hechos de los Apóstoles),
Varones israelitas, mirad por vosotros, Gamaliel inicia su discurso exhortando a los miembros del sanedrín a pensar bien la situación y no obedecer a sus impulsos.
Según el historiador Josefo, el partido de los fariseos era pequeño pero su popularidad e influencia en el pueblo era tan grande que los saduceos no se atrevían a tomar medida alguna a la que se opusieran los fariseos, la influencia de Gamaliel ante el consejo es evidencia de ello.
