Mateo 15:15-20 “Respondiendo Pedro, le dijo: Explícanos esta parábola. Jesús dijo: ¿También vosotros sois aún sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la letrina? Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre”.

Pedro, como portavoz del grupo solicitó una explicación más detallada de esta parábola. Aún no habían comprendido del todo el sentido de las palabras de Jesús, pero querían llegar al mayor entendimiento de sus discursos.

Una vez más, en privado Jesús explicó a sus discípulos estas enseñanzas. El evangelista recalcó la importancia de comprender estas ilustraciones. El fondo del asunto fue considerar más grave la impureza moral que la impureza derivada de comer alimentos inmundos. Cabía recalcar una vez más que aquello que contaminaba al hombre eran los malos pensamientos y las acciones que surgían del interior del hombre.

Lo que provenía de la boca, provenía del corazón, de sus pensamientos y de sus emociones. Lo maligno: malos pensamientos, palabras despiadadas y actos pecaminosos son lo que verdaderamente contamina al hombre, más que comer sin haberse lavado las manos.

Para Meditar: La gracia regeneradora del Espíritu Santo y su obra de santificación progresiva en el creyente purifica de malos pensamientos, actos y palabras ociosas. Es un andar diario en su presencia, y atento al susurro del Santo Espíritu de Dios, para que nuestra conducta pueda revelar lo más profundo del corazón.