Parábola de la oveja perdida (Lc 15:3-7)

Mateo 18:10-11 “Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos. Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido”.

La dignidad del ser humano es un tema recurrente en la palabra de Dios. El menospreciar a los demás es totalmente reprobado por el Señor en los distintos campos de la convivencia desde el acceso a la salvación (Hch 10:34; Ro.2:11) hasta la relación interpersonal como es el caso en este pasaje por eso la advertencia “mirad” esto indica tener mucho cuidado.

En primera instancia menciona que Dios tiene cuidado directo de los niños mediante sus ángeles, al decir que estos miran el rostro de Dios significa que cuentan con acceso directo, en segunda instancia se refiere a los nuevos en la fe, que también cuentan con el cuidado directo del Padre celestial.

Nota Doctrinal: “Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido (18:11): Uno de los puntos cardinales de la fe cristiana es el sacrificio del Señor Jesús al morir en la cruz para salvar a la humanidad que estaba perdida, y con toda propiedad se declara que solo Cristo salva: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”(Jn. 3:16). Y Pedro declara: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 P. 3:9).