Los labradores malvados, Mt 21:33-46

Mateo 21:40-41 “Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores? 41Le dijeron: A los malos destruirá sin misericordia, y arrendará su viña a otros labradores, que le paguen el fruto a su tiempo”.

Por siglos Israel había tenido el privilegio de administrar la viña del Señor y ahora la iba a perder. La viña no se quedaría sin producir fruto, sino que sería entregada a otros labradores, de los que pudiera recoger fruto. Los nuevos arrendadores somos la iglesia, por eso ahora somos “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa,  pueblo adquirido por Dios” (1 P. 2:9,10). Y según lo dice Pablo en Romanos 11:15, llegamos a serlo por la exclusión de Israel. Ahora bien, esto implica una gran responsabilidad, no hemos sido llamados sólo para ser salvos, sino para llevar fruto, fruto de justicia que el Padre busca en cada uno de nosotros.