Mateo 2:9-11 “Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. 10 Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. 11 Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra”.

Ajenos al plan homicida de Herodes, los magos aprovechan la información que luego es confirmada por la nueva aparición de la estrella, lo que ánimo su espíritu para completar la jornada, pues renovó en ellos el gozo y la expectación por ver pronto a ese rey especial que ellos sabían marcaría una diferencia en el mundo.

Para Meditar: Una vez frente al pequeño Jesús, rinden su adoración con el corazón, pero también con sus bienes, enseñándonos a todos en el tiempo, que la adoración viene del corazón y se refleja en la disposición que tenemos de ofrecerle lo que somos y lo que tenemos.

Nota Histórica: Era costumbre que al visitar a un rey se le tenía que llevar presentes, ejemplo de esto lo tenemos cuando la reina de Sabá visitó al rey Salomón (1 R 10.2), pero en este caso lo que ellos llevaban se considera una ofrenda al Rey de reyes.

Para Meditar: Qué alegría siente el creyente cuando es dirigido por Dios en su peregrinar en esta vida, y puede ver materializado todo aquello que Dios le ha mostrado. Aunque en el trayecto haya quienes quieran engañarnos o desviarnos del propósito, si nos mantenemos firmes alcanzaremos la visión que Él nos ha mostrado.