Mateo 5:17-20 - “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.”

Jesús enseñó que su intención acerca de la ley y los profetas no era disuadirla. La palabra “abrogar” aparece dos veces haciendo énfasis en el mismo versículo (v7) y significa literalmente “invalidar ó dejar sin valor”. Sin embargo, la verdadera intensión del maestro era que se cumpliera el sentido espiritual de la ley. Pablo dijo: “¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley” (Rom 3:31).

Nota importante. La ley no se invalida, sino mas bien se cumple en el sentido espiritual mediante la fe en Cristo. Dejando atrás los ritos, ceremonias y sacrificios que ya no son obligatorios (He 10:1-4), pero guardando todos los principios éticos y morales de la ley (Mt 7:12;36-40).

La vigencia de la ley apunta a un sistema ético y moral que todo creyente debe cumplir (Ro 6:15-22), pero esta ley nunca debe considerarse como un recurso o medio para la salvación (Ga 2:16;19).

Ahora el creyente guarda la ley por convicción (Rom 16:25-26). Y es alentado por la gracia de Dios para cumplirla (Rom 5:21).3

3Vila Escuain, Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado, Pág. 143.