Jesús y el adulterio
Mateo 5:27-28 - “Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.

El matrimonio es la institución establecida por Dios donde un hombre y una mujer se separan de sus padres para unirse en una sola carne y formar una nueva familia (Gn 2:24;Mt 19:5-5;Efe 5:31). De ahí la importancia de proteger el lazo matrimonial a través del séptimo mandamiento (Ex 20:14).

“Oísteis que fue dicho: no cometerás adulterio v27”. Jesús dio por sentado que la multitud conocía este mandamiento. Pero tan sólo conocer la ley no aseguraba la fidelidad de los cónyuges, así que agregó: “pero yo os digo que cualquier que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en el corazón” v28. Jesús profundizó el mandamiento y sustrajo de él, la raíz del problema: la codicia, el deseo vehemente y desordenado que nos lleva al pecado. (Ex 20:17)

“En el corazón”. Del corazón de un hombre bueno salen buenas cosas (Mt 12:35), sin embargo también del corazón pueden salir los malos pensamientos, los homicidios y el adulterio (Mt 15:19;Mr 7:21). Por lo tanto el creyente debe guardar su corazón y no satisfacer los deseos de la carne (Ga 5:16).