Mateo 5:3 “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.”

Jesús inició su sermón con una declaración sobresaliente acerca del reino y su relación con el hombre. La palabra utilizada en griego para expresar “bienaventurados” en esta porción de la escritura es: “makarios”, y describe a un hombre bendecido, dichoso, y por lo tanto feliz. Pero dicha felicidad no proviene de los bienes materiales ni de las circunstancias favorables. Mas bien, “makarios” describe una felicidad que proviene desde adentro del ser y no depende de las condiciones externas y da la sensación de una verdadera plenitud.

Aunque Lucas solo registra “los pobres” (Lc 6:20), Mateo enfatiza que son “los pobres en espíritu” quienes poseen el reino de los cielos y con esto nos da un acercamiento más preciso sobre las palabras de Jesús. La experiencia de Mateo elaborando informes sobre la recaudación de impuestos para los romanos, le dio la experiencia necesaria y la preparación para coleccionar con gran detalle los discursos de Jesús.

Por otra parte, la expresión “pobres en espíritu” revela la carencia y el vacío en el ser interior del hombre. Mas allá de lo material, que no llena ni nutre el alma, es el espíritu que se enriquece con una esperanza mayor que lo terrenal, y mira hacia el reino de Dios como la verdadera plenitud que el hombre necesita. También, la expresión “pobres en espíritu” refleja al hombre falto de ánimo y de esperanza, que dentro del contexto social y cultural de aquella época, había decaído considerablemente al perder la esperanza de un mejor futuro ante el abuso del gobierno romano. Sin embargo, las palabras de Jesús trajeron esperanza a los oyentes, quienes seguían escuchando con interés las verdades acerca del reino de los cielos.

1 Pablo Hoff, Se hizo hombre, Pág. 107.