Mateo Capitulo 7- El juzgar a los demás, Mt 7:1-5
(Lc 6.37,38; 41,42)
Mateo 7:1-5 “No juzguéis, para que no seáis juzgados. 2 Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. 3 ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? 4 ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? 5 ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano”.

No juzguéis, para que no seáis juzgados. He aquí uno de los temas importantes de la cristiandad de todos los tiempos: el juicio entre hermanos. El Señor Jesucristo pone el énfasis en las relaciones humanas y en el juicio que normalmente es a priori, sin conocimiento verdadero del caso. ¿Quieres tener paz en tu corazón? Evita juzgar a otros a la ligera, porque exactamente con el juicio con que juzgues, así también serás examinado.

El grupo de los fariseos era especialista en juzgar a los demás, la gran diferencia era que ellos juzgaban según la carne. Las enseñanzas que Jesucristo hace desde los capítulos cinco al siete están relacionadas y tienen destinatarios, no solo para este grupo religioso, sino para los cristianos de todos los tiempos, por la sencilla razón que tiene que ver con la caída de la raza humana: “Y dijo Jehová: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal…” (Gn. 3:22)

Nota de Carácter Etico: El justo equilibrio sobre el juicio como en todos los temas de la biblia se explica por la palabra misma. Entonces ¿cómo interpretar lo que Cristo enseñó en Jn. 7:24? “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio”, Cristo les reconviene en el contexto de un juicio que estaban emitiendo sobre por qué había sanado a una persona en sábado. En este sentido, el Señor Jesucristo no enseña que omitamos el juzgar las cosas de este mundo, sino que trata el asunto – como siempre- desde el corazón profundo del ser humano. Esas iras y contiendas que nadie ve, pero que se revelan, esas motivaciones incorrectas para opinar y emitir juicios sin conocimiento pleno del asunto. En el auge de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) con sus redes sociales en donde se denigra y se exhibe al ser humano con frecuencia, es necesario tomar conciencia de la responsabilidad que todos tenemos del uso ético y responsable de tales instrumentos de comunicación.

Por eso Pablo hace alusión a esta responsabilidad: Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo (Ro 2:1), esto en el contexto de lo dicho en el pasaje que habla sobre la culpabilidad del hombre de Romanos 1:18-32. Por eso el mismo apóstol Pablo concluye con certeza el pensamiento diciendo que, “Más sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad” (Ro:2:2). Por supuesto, Dios conoce los corazones aun de aquellos que parecen que practican los pecados más horrendos según la clasificación de la sociedad.

Para Meditar: El hecho que Cristo enseñe que no se puede corregir a una persona si antes no hemos hecho lo propio con nosotros mismos, es un llamado a la honestidad y transparencia para ser justos en nuestro juicio. El adjetivo es fuerte en nuestra época: ¡hipócrita! O sea, no simules, no engañes, no aparentes, primero trata tus áreas con Dios, es muy probable que tu problema o pecado sea más grande que el que tú estás juzgando. Enseguida el Señor Jesucristo ofrece la salvedad: “y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano” (Mt 5:7).

En el tema de un problema suscitado entre hermanos de una iglesia local, el apóstol Pablo instruye para que este se solucione dentro del contexto de la misma iglesia. Ellos estaban presentando demandas judiciales ante los tribunales del gobierno civil, para el apóstol este hecho marcaba en la iglesia un mal testimonio y les exhorta fuertemente con el argumento de que “los santos han de juzgar a este mundo” (1 Co 6:3). Para Pablo los juicios entre nosotros, son muy pequeños, comparados con la gran responsabilidad de juzgar a este mundo y a los ángeles. No hay que olvidar que, en este pasaje, como en la enseñanza de Cristo, siempre está abierta la posibilidad del perdón del agresor o del pecador, por eso Lucas amplia esta enseñanza: “No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados” (Lc. 6:37). Y Pablo concluye de manera extraordinaria: “Así que, por cierto, es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados?” (1 Co. 6:7). Este es el verdadero espíritu evangélico del cual el Señor Jesucristo dio claro ejemplo: “Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo” (Jn. 12:47)


Iconos Explicados:


NOTA DOCTRINAL:
lo enseñado por Jesús o los Apóstoles se ha convertido en una doctrina fundamental de Las Asambleas de Dios y las Iglesias Pentecostales.


PARA MEDITAR:
del texto bíblico se deriva una serie de pensamientos que no solo se estudian sino que se aplican a la vida del lector.


TEXTOS CONTROVERSIALES:
el texto o los textos comentados se interpretan de una manera distinta, dentro del mismo campo pentecostal o por otras confesiones evangélicas.


NOTA DE CARÁCTER ETICO:
el texto bíblico se analiza para definir una postura evangélica pentecostal sobre asuntos que enfrenta la iglesia en la vida moderna.


NOTA LITURGICA:
la Escritura proporciona guías espirituales sobre el orden del culto, tanto por lo que concierne a los oficiantes, como la celebración misma.

NOTA SOCIOLOGICA:
el comentario al texto se enriquece con opiniones y estudios socio/económicos de actualidad.

 

NOTA HISTORICA :
el comentario al texto es fortalecido con referencia de usos y costumbres de las tierras bíblicas y el mundo circundante.