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Resurrección de Lázaro, Jn 11:38-44  

Jn 11:38-40 "Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima. Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?”

La tumba es una palabra usada también para sepulcro, las tumbas de ese tiempo eran cuevas, es decir se hacían agujeros en los cerros, esos tenían una entrada que se cubría con una piedra cortada en forma redonda de considerable peso, o bien se usaban las desniveles propios del terreno.

Lo que está claro para todos los presentes es que Lázaro había muerto y fue sepultado, cuando Jesús da la orden de que quiten la piedra, Marta es la primera en exclamar que el cuerpo de su hermano estaba en estado de descomposición por el proceso natural, ya tenía un olor fétido, es muy probable que Marta no quisiera ver el cuerpo de su hermano en putrefacción y hace referencia al tiempo que ya tenía de muerto el amigo de Jesús.

Nota histórica: El pasaje hace mención que ya hacía cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro, esto para la cultura judía es muy importante ya que ellos tenían la creencia que cuando alguien moría, su alma permanecía cerca del cuerpo por tres días pero en el cuarto se retiraba definitivamente sin ninguna posibilidad de volver, para los testigos del milagro no quedaría ninguna duda del poder de Dios manifestado a través de Jesús. El Señor Jesús nuevamente apela a la fe de Marta declarando que solo a través de la fe podrá experimentar la gloria de Dios. La clave para recibir un milagro de Jesús es creer.