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Jesús anuncia su muerte, 12:27-36  

Jn 12:34-36 "Le respondió la gente: Nosotros hemos oído de la ley, que el Cristo permanece para siempre. ¿Cómo, pues, dices tú que es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del Hombre? Entonces Jesús les dijo: Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va. Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz.”

Los enemigos de Jesús pensaban que interpretaban correctamente las Escrituras y no era así. El erróneo concepto judío del Mesías como rey invencible y soberano era alimentado y se promovía por los líderes religiosos. Las expectativas de los judíos en el tiempo de Jesús, era sobre la venida de un líder político y militar. Dichos conceptos se reflejan en la reacción de Herodes cuando oyó de los magos acerca del nacimiento del rey de los judíos (Mt 2:1-16). Estas ideas solo aceptaban un aspecto de la persona y la obra del Mesías. Ésta parte lo ve como un poderoso y exaltado Rey con un reinado estable, (Sal 89:4, 27-29, Ez 37:24, 25, Dn 7:13, 14). Pero por otro lado, pasaban por alto la otra parte del mensaje en la que los profetas escribieron de un Mesías manso, humilde, sufriente y finalmente crucificado, (Zac 9:9; Is 42:1-3; 52:12-53:12). No dudaban en aceptar el lado “bueno” de la profecía, (Is 52:12; 53:10-12), pero omitían la parte “difícil”, (Is 53:1-9).

Para meditar: En la actualidad hay una tendencia similar. Muchas personas buscan tener el alivio de sus necesidades inmediatas, salud, prosperidad, éxito, bienestar, etc., y quienes dan prioridad a proclamar estos beneficios son muy populares. Pero al promoverse tales beneficios se olvidan de predicar el otro lado del mensaje: disciplina, consagración, perseverancia en las pruebas y santidad, cuestiones que no son del agrado de la mayoría.

Luz. El mensaje del evangelio de Juan al respecto de la luz, era un testimonio más de la deidad de Jesús. En este evangelio, es donde se manifiesta de manera más abundante esta enseñanza de Jesús como la luz verdadera. Juan introdujo su evangelio hablando de que la luz venía a este mundo, refiriéndose a Cristo (Jn 1:4, 5, 9). Más adelante registró lo que Jesús dijo: “yo soy la luz del mundo”, (Jn 8:12). Jesús, a lo largo de este evangelio, se identificó como esa luz divina que vino al mundo para vencer las tinieblas y la maldad.

En otro de los libros escritos por Juan, el Apocalipsis, nos muestra que en la nueva Jerusalén, no hay necesidad de sol ni de luna “porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.” Y, “Dios, el Señor los iluminará”, (Ap 21:23; 22:5). De esta manera se cumple lo que está profetizado por Isaías 60:19 “sino que Jehová te será por luz perpetua, y el Dios tuyo por tu gloria”.

El apóstol Pablo desarrollaría más adelante este concepto de “Hijos de luz”, para fundamentar la ética del creyente en medio de un mundo de tinieblas (Ef 5:8; 1 Ts 5:5).