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Incredulidad de los judíos, 12:37-43  

Jn 12:41-43 "Isaías dijo esto cuando vio su gloria, y habló acerca de él. Con todo eso, aun de los gobernantes, muchos creyeron en él; pero a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga. Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.”

Esta era una prueba más de la deidad de Jesús. En la visión del profeta, aquí aludida, (Is 6:1-8) quien indudablemente era el sujeto de la visión, era Dios. Aquí Juan por el Espíritu Santo refiere esta visión a Jesús. Todo, hasta esos detalles literarios, apuntan hacia esta verdad: Jesús es Dios hecho carne.

Gobernantes. Se traduce como “hombre principal”, “príncipe” y puede aplicarse a cuestiones de gobierno terrenal o espiritual (Hch 4:26; Mt 9:34; Jn 12:31). Se aplicaba a los hombres que tenían el más alto rango de autoridad entre los judíos, como podría ser el caso de Nicodemo, quien tímidamente buscó a Jesús en un principio (Jn 3:1-8; 7:50, 51) o José de Arimatea, en el anonimato al principio, osadamente después (Mr 15:43), quienes posteriormente a la muerte de Jesús, se identificaron públicamente como discípulos.

Expulsados. Cuando un israelita era excomulgado de la Sinagoga, implicaba la prohibición de participar en los servicios religiosos, así como la exclusión de la convivencia familiar y social. El ciego sanado por Jesús, sufrió esta expulsión (Jn 9:34, 35). Esto ya lo habían determinado los líderes, para los que confesaran que Jesús era el Cristo, (Jn 9:22). Jesús profetizó después, que la expulsión o excomunión, sería una consecuencia por testificar de Él, (Jn 16:2).

Sinagoga. Reunión donde se congregaban los judíos temerosos de Dios para adorar. Surgió en la época del exilio babilónico 608-538 a. C.

Gloria. Tiene dos sentidos, 1) De la presencia, naturaleza, atributos, obras y manifestaciones divinas. 2) De la buena opinión, buena fama o reputación favorable de los hombres. Este versículo ilustra qué el procurar la “gloria de los hombres”, era un impedimento para creer y para tener el amor de Dios (Jn 5:42-44). Por eso la prioridad de Jesús fue no recibir el aplauso humano, (Jn 1:41).