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Jesús promete al Espíritu Santo, Jn 14:15-31 

Jn 14:22-24 "Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió."

Ahora interviene Judas, otro de los discípulos de Jesús, el apóstol Juan especifica que no es “el Iscariote”, porque acababa de salir. Este discípulo tiene una pregunta sobre el discurso del Maestro ya que no entendía cómo Jesús se podría manifestar a los discípulos y no al mundo. La respuesta es el énfasis del mensaje que inicio en el versículo 15. El que tiene amor a Jesucristo obedecerá sus palabras y la bendición que recibe el que así procede es que el Padre celestial le mostrará su amor de una forma sorprendente: el Padre y el Hijo habitarán con y en el creyente.

Hay una triple bendición para el que ama y obedece los mandamientos de Cristo: primero es que Jesús rogará al Padre y el “otro Consolador” se hará presente (14:16); la segunda es que Jesús se manifestará con el creyente (14:21); y la tercera es el hecho sublime de que el Padre y el Hijo harán habitación en él. Jesús contrasta la idea principal y dice que el que no le ama no obedece sus palabras, pero en realidad no es un rechazo a Jesús, sino el rechazo es al Padre, porque las palabras son de él a través del Hijo.