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Jesús promete al Espíritu Santo, Jn 14:15-31 

Jn 14:27-29 "La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os abríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre es mayor que yo. Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis."

Parece que el miedo de los apóstoles aún permanecía a pesar de las palabras de consuelo que recibían. Jesús les alienta una vez más, indicándoles que su paz la depositaba en ellos, y también la producía en ellos. Jesús no solamente estaba dejando la paz en ellos, también estaba dando la paz que se produce al estar con él. Por esta razón se encuentra el contraste en la frase siguiente, no como el mundo la da, paz humana y pasajera, que siempre está condicionada y solo dura un tiempo determinado. Una palabra a resaltar del versículo 27 es la que se traduce como miedo, ya que es la única vez que aparece en el Nuevo Testamento junto a un verbo y luego una vez más como sustantivo (1 Ti 1.27). Se utiliza este vocablo para describir el miedo que es tan grande que produce cobardía y que hace huir, nunca es utilizado para algo bueno, siempre su connotación es mala. Jesús ordena no estar turbados ni tener miedo.

Para Meditar: La cobardía y el miedo son parte de la naturaleza de los seres humanos, desgraciadamente, pero se pueden vencer recibiendo la paz de Cristo. En los momentos desagradables de la vida, o en los días más oscuros, refugiarse en Cristo dador de la paz, es la mejor decisión.

Las palabras dichas por Jesús fueron claras, Jesús se va, pero regresará, no hay razón para el miedo; al contrario, se espera un gran gozo, sin embargo se nota que los discípulos todavía necesitan crecer más, estaban cómodos como vivían, era necesario hacer crecer su amor. Jesús menciona que el Padre es mayor que él. Habrá que ser cuidadosos con esta declaración, porque se malinterpreta para declarar que Jesús es menor, y por lo tanto diferente o creado por el Padre, pero la intención de Jesús es mostrar que Él vino, y ahora se va por mandato del Padre, porque el Hijo hace lo que al Padre le agrada.

El tono del mensaje también es de advertencia, no para atemorizar, sino para aclarar las cosas que sucederían a partir de unas horas; no había nada de qué preocuparse, solamente es necesario creer. Las dos condicionantes principales de este capítulo son creer y amar a Jesús que es el Hijo de Dios y en quien se cumplen todas las promesas mencionadas en este discurso.