Selecciona otro comentario:



La tristeza se convertirá en gozo, Jn. 16:16-24.

Jn 16:23-24 “En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido".

En aquel día” se refiere al día del derramamiento del Espíritu Santo, cuando hayan recibido la vida e iluminación de la tercera persona de la Trinidad (16:13). Entonces ya no habrá más preguntas por hacer (14:20, 26; 15:26,27; 16:13).

Una de las bendiciones del advenimiento del Espíritu Santo en la vida de los discípulos es que: “todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará”. Constantemente, oración y gozo se presentan unidas. Dios desea ver a sus hijos en plenitud y, saber que Dios escucha y contesta las oraciones hechas en el nombre de Jesús, trae inmenso gozo al alma.

Nota Doctrinal: Aquí se encuentra la manera correcta de orar. Las peticiones deben ser hechas a Dios Padre (Jn 14:13; 15:7,16), en el nombre de su Hijo Jesucristo (Jn 14:13,14; 16:24; 15:16), y en plena comunión con el Espíritu Santo (Ro 8:26).

Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre”, fueron las palabras de Jesús a sus discípulos. Pero no habían pedido en el nombre de Jesús porque aún no le habían reconocido como el único mediador entre Dios y los hombres (1 Ti 2:5).

Para Meditar: La seguridad que les da el Mesías a sus discípulos es: “pedid y recibiréis”. ¡Qué hermosa promesa para todos los tiempos! Dios está atento a las oraciones de sus hijos, pues viven unidos a él y tienen comunión con él. Hay seguridad en el hecho de que Dios oye la petición, y también en que dará lo que se le pide porque al tener profunda comunión con Él, todo lo que se pida será conforme a su voluntad (Jn 15: 7, 16).