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Testimonio de Juan el Bautista, Jn 1:19-34 (Mt 3:11,12; Mr 1:7,8; Lc 15-17)
El Cordero de Dios (Jn 1:29-34)
 

Jn 1:32-34 “También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios” 

El evangelista Juan describió como Juan el Bautista daba testimonio acerca de Jesús (V.32). Los comentaristas bíblicos opinan que Dios le había dado una señal para reconocer al “Cordero de Dios”. Esta señal fue muy clara para él. La indicación fue como sigue: “Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo”. Mateo describió este relato, y agregó que “los cielos fueron abiertos” (Mt 3:16). Así que, al ver Juan esta señal cumplida en Jesús, pudo finalmente reconocerlo como el Mesías. Mateo también añadió que “hubo una voz de los cielos” dando testimonio sobre Jesús (Mt 3:17). Por lo tanto, no hubo ninguna duda.

La declaración que hace Juan el Bautista “ése es el que bautiza con el Espíritu Santo” indica, en primer lugar, que Jesús era mayor que él y que su ministerio sobrepasaría por mucho a lo que Juan venía haciendo. Juan bautizaba con agua, lo cual solamente era símbolo de arrepentimiento y una preparación para lo que había de venir. Jesús vendría con poder y muchos serian sanados, liberados y transformados; el agua no tenía la virtud de lavar pecados, pero la sangre de Jesús sí limpiaría de toda maldad (1 Jn 1:9), y su Espíritu Santo impartiría el poder para dar testimonio de su verdad. También, es importante destacar que la frase “el que bautiza con el Espíritu Santo” (v.33) enfatiza una acción que se llevó a cabo en el día del Pentecostés (Hch 1:5) y de la que ahora todos los cristianos somos beneficiados (1 Cor 12:13).

Nota Doctrinal: Aunque Juan bautizaba para arrepentimiento, no significa que Jesús hubiera pecado (1 P 2:22). De acuerdo con el relato bíblico, y conforme a la señal que Juan esperaba, Jesús se bautizó porque así debía cumplirse, porque de otra manera, Juan no lo habría reconocido al no darse la señal como él esperaba (Jn 1:33). Al principio Juan se oponía a bautizar a Jesús (Mt 3:14), pero el Señor le hizo ver la necesidad de cumplir conforme a “justicia”. Algunos escritores sugieren que este hecho dio aprobación a la obra pública de Juan el Bautista1, lo cual reforzó su ministerio.

Finalmente, Juan el Bautista siguió dando testimonio (v.34). El bautismo de Jesús dio el inicio a su ministerio, pero el testimonio de Juan el Bautista ahora iba más allá de lo que usualmente él predicaba. Juan declaraba que Jesús era el Hijo de Dios (v. 34), cosa que los lideres sacerdotales no recibieron afectuosamente.

1Se Hizo Hombre, Pablo Hoff, Editorial Vida, Pág. 67.