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Las bodas de Caná, Jn 2:1-12  

Jn 2:7-10 “Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron.“ Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo. Y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora” 

Finalmente, Jesús dio instrucciones para resolver el asunto de la falta de vino. Los sirvientes lo obedecieron y llenaron las tinajas hasta arriba como se les había indicado. En este versículo, es importante destacar la obediencia de los sirvientes, puesto que sin conocer a Jesús (que todavía no se había revelado) hicieron todo lo que él les indicó. La frase “Sacad ahora, y llevadlo al maestresala” muestra que Jesús no omite al encargado de la fiesta, quien también era responsable por la falta del vino, y que seguramente estaba preocupado por lo sucedido.

Finalmente, los sirvientes llevaron el agua al maestresala, y cuando lo probó se quedó sorprendido sobre la calidad del vino. No se sabe en qué momento Jesús hizo el milagro, pero al probarlo quedo impresionado. No sabemos si el maestresala supo sobre el milagro de Jesús (V.9). Pero su declaración “mas tu has reservado” indica que estaba acostumbrado a servir el buen vino al inicio de las fiestas, pero luego de que los invitados fueran menos exigentes por causa del gozo, sacaban el vino de menor calidad.

Nota controversial: mucho se ha escrito sobre el uso del vino, antes y después de Cristo. Debe recordarse que el vino era la bebida tradicional de Israel, que acompañaba a los alimentos, como hoy lo hacen el café, el te y los refrescos. Los eruditos judíos que tradujeron el Antiguo Testamento, del hebreo al griego, le llamaron “oinos” al vino; ya fuera jugo de uva sin fermentar o el vino fermentado que embriagaba. Varias referencias que se hacen al vino en el Nuevo Testamento, llevan a afirmar que para los creyentes de esa época, “oinos” era un vocablo que podía usarse para dos bebidas derivadas de la uva: vino fermentado y vino sin fermentar. Ef 5:18 que enfatiza: “ no os embriaguéis con vino” se refiere al vino fermentado. Cuando en Ap 19:15 se dice que Cristo, “pisa el lagar del vino” se refiere solo al jugo de la uva. (Jer 48:32-37). Siempre se ha dicho que Cristo no propiciaría una borrachera.