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Jesús y la mujer samaritana, Jn 4:1-5  

Jn 4:4-5 “Y le era necesario pasar por Samaria. Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José" 

La región de Palestina solo mide alrededor de unos 200 kilómetros de Norte a Sur. En el tiempo de Cristo ésta estaba dividida en tres distritos. Galilea, Samaria y Judea. La ruta corta entre Judea y Galilea, era pasar por Samaria. Este trayecto se hacía en tres días aproximadamente. Juan nos dice que “le era necesario pasar por Samaria”. Era necesario, dada la hostilidad de los fariseos hacía Jesús, llegar pronto a Galilea. Tomar la ruta larga, que era rodear el rio Jordán, llevaría seis días de camino. La necesidad no era solamente el tiempo, sino ayudar a una mujer y en consecuencia a todo un pueblo que había sido rechazado, por judíos y gentiles: los samaritanos.

Juan nos da una información, que prepara el escenario para la conversación entre Jesús y la mujer samaritana. “Junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José”. Nos encontramos en un lugar con mucha historia. Primero, el patriarca Jacob había comprado un terreno en ese lugar (Gn 33:17-19). Además, antes de morir Jacob, dejó esta tierra a José (Gn 48:22). Por último, cuando murió José, llevaron su cuerpo de Egipto y lo enterraron en esta heredad (Josué 24:32).