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¿Es éste el Cristo?, Juan 7:25-31 

Jn 7:25-27 “Decían entonces unos de Jerusalén: ¿No es éste a quien buscan para matarle? Pues mirad, habla públicamente, y no le dicen nada. ¿Habrán reconocido en verdad los gobernantes que éste es el Cristo? Pero éste, sabemos de dónde es; mas cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde sea"

Después de la discusión donde intervienen incluso los peregrinos que venía a la fiesta de los tabernáculos, que eran una multitud, ahora son los residentes de Jerusalén quienes, con conocimiento de causa expresan su incertidumbre: “¿No es éste a quien buscan para matarle?”. Les extrañaba que, existiendo ya la intención de prender y matar a Jesús, de parte de los gobernantes, estos “no le dicen nada”, pues Jesús seguía hablando y enseñando públicamente. Incluso la pregunta del versículo 26 es sarcástica, a manera de burla expresan la “posibilidad” de que los gobernantes aceptaran a Jesús como el Mesías que habría de venir; porque ellos, los de Jerusalén no lo hacían.

Para ellos, es inaceptable recibir como Mesías a uno que “sabemos de dónde es”, porque cuando venga el verdadero Cristo, “nadie sabrá de dónde sea”. Al presumir su doctrina, ésta se vuelve contradictoria. Las escrituras expresaban con exactitud la procedencia del Mesías, pero ellos insistían en oscurecer la figura del Mesías que Jesús defendía.