Sería un falso, un hipócrita, uno que usurpa un lugar que no le corresponde, y su gloria quedaría en nada; Jesús no se glorifica a sí mismo, pues su gloria nada sería. Pero, definitivamente hay alguien que glorifica a Cristo, “el que vosotros decís que es vuestro Dios”; mientras los judíos rechazaban a su enviado, y argumentaban ser hijos de Dios, ese mismo Dios glorificaba al rechazado Jesús. Ellos pretendían conocer a Dios porque conocían la ley (aunque de manera superficial), pero su corazón estaba lleno de prejuicios en contra de Jesús. En cambio, Jesús, no solo conocía la ley (y la obedecía), sino que también conocía de forma personal al Dios todopoderoso.