Regreso de los setenta, 10:17-20  

Lc 10:17 “Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre”.  

El gozo de los setenta residía mayormente en el éxito que tuvieron en sujetar a los demonios, algo totalmente novedoso puesto que ni los profetas del Antiguo Testamento lo hicieron. Lo más cercano a la sujeción demoníaca de la era del Señor era cuando David tocaba para Saúl (1 S. 16:23). El pastorcito tocaba y el demonio se apartaba, aunque no fue lo que en el Nuevo Testamento se conoce como liberación. El verbo que usa para “sujetar” es el que describe cómo los demonios reaccionaban frente al nombre de Jesús (se traduce como: sujetar, subordinar, someter). En Lc. 2:51 se usa para expresar cómo el niño Jesús estaba bajo la autoridad de sus padres. En Ro. 13:1 se traduce “sométase” toda persona a las autoridades. Este verbo nos muestra que el que está en autoridad tiene poder de controlar y de mandar sobre lo que tiene a su cargo.

Nota doctrinal: La única manera bíblica de expulsar demonios es en el nombre de Jesús. Algunos, lejos de toda doctrina, utilizan aceite ungido, ropa ungida, agua ungida, la Biblia untada al cuerpo del poseso o amuletos cristianos, algo que no expulsará a ningún demonio. Los setenta nos muestran la doctrina adecuada para liberar a las personas de la posesión o poder de los espíritus inmundos, y es “en el nombre de Jesús”. En Marcos 16:17 recalca el Señor la importancia de esta instrucción - “en mi nombre”. Cuando los Setenta dijeron “aun…” indicaron que la liberación de demonios no fue el único milagro, sino que hubo otros milagros en su ministerio. Se sentían felices de haber participado de esta gran cruzada misionera.