Misión de los setenta, Lc 10:1-12  

Lc 10:2-3 “Y les decía: La mies a la verdad es mucha, más los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies. Id; he aquí yo os envío como corderos en medio de lobos”.  

La hora de cosechar el trigo llegó, pero existe un problema: los obreros son pocos, o perezosos, y no se dan abasto y se perderá la semilla por su negligencia. El Señor de la mies debe añadir manos o apurar las que ya hay pues es necesario darse prisa para no perder el momento histórico de cosechar. Aunque parezca contradictorio, la realidad es que faltan obreros en el trabajo del Señor. Habrá más cantantes que nunca, más tele-evangelistas que antes, mayor cantidad de estudiantes de seminarios, y una nube de creyentes llenando mega iglesias, pero pocos son los que salen a anunciar las buenas nuevas a los perdidos como lo hicieron estos setenta.

Jesús apremia a los setenta: “id”. El ir no es tan fácil ya que serán como corderos en medio de lobos, y muchos lobos se disfrazan como ovejas. El Señor envía y hay que obedecer a pesar de la amenaza en contra de la vida misma. Nadie que ame a su rebaño haría algo semejante, pero la comparación es preciosa debido a que define que la dependencia debe estar depositada en Cristo, si se va por cuenta propia hay peligro de ser devorados seremos devorados. Hay que ir dependiendo del Pastor.

Se debe “rogar” al Padre que haya más enviados a la obra, aunque ello pueda quitar la hegemonía a algunos; no hay lugar para individualismos, sino trabajo en equipo. Jesús dice “la mies es mucha y los obreros (trabajadores) son pocos; la palabra para “pocos” puede hacer surgir negativamente el término “oligarquía”: el gobierno de unos pocos. La oligarquía se apodera de mucha iglesia hoy, haciendo que el poder solo lo ostenten “pocos”. Dios desea que el trabajo de su obra sea de “muchos”, pues las almas que se pierden son muchas.

Enviar: esta palabra con sus derivados, aparece unas 40 veces en Lucas.
En el presente caso (10:3), Lucas utiliza un verbo griego que significa sacar desde dentro hacia fuera y se usa con mucha frecuencia para definir “echar fuera” demonios. Siendo exacto, la oración sería: “rogad al Señor de la mies que eche fuera a los obreros a su mies”. ¿Por qué el Señor usaría un verbo como éste? Puede ser debido a que existe pereza en los llamados, o muchos no quieren dejar su zona de confort. Dios propicia en ocasiones que los obreros sean enviado a la fuerza, echados al ruedo, obligados a hacer su trabajo, para el adelanto de la Obra.