Jesús se regocija, 10:21-24  

Lc 10:23-24 “Y volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis; porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron”.

Jesús tomó a los doce y les describió el gozo que sentía. Este regocijo se derivaba del hecho de que sus seguidores conociesen más del Reino, de quiénes eran ellos en Cristo, de quién era Dios, de cómo se vence al mal en su nombre, de que la Vida Eterna no depende de nacionalidad ni de posición social sino de creer en Jesús. El cumplimiento cabal de las profecías que desde el Edén se habían promulgado tuvieron fiel cumplimiento en la vida de los apóstoles. Los profetas habían anhelado conocer al Bendito del Padre y a estos discípulos les tocó esa bendición única.