Misión de los setenta, Lc 10:1-12  

Lc 10:7-9 “Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den; porque el obrero es digno de su salario. No os paséis de casa en casa. En cualquier ciudad donde entréis, y os reciban, comed lo que os pongan delante; y sanad a los enfermos que en ella haya, y decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios".  

Es interesante la orden del Señor porque muchas de estas ciudades transjordanas eran de costumbres paganas. La comida estaría en las mesas de los que hospedaban a los discípulos, era una orden difícil, igual que como fue para Pedro entrar en casa de Cornelio. No era una nueva orden, puesto que Elías fue enviado a Sarepta de Sidón, a la casa de una viuda que era seguramente pagana (1 R. 17) y eso no le gustó tal vez al profeta, pero obedeció. Ahora para los 70 seguramente habría judíos en aquellas ciudades dispuestos a hospedarlos, ellos serían los primeros en recibir la calificación de “digno”, la casa, comida y atenciones eran gratuitas.

Ese era el salario de un obrero, “un trabajador de campo”, era una bendición poder alimentarse trabajando en la obra. Pablo también hace énfasis en que “los que predican el evangelio que vivan del evangelio” (1 Co. 9:14).

Para meditar: La continuidad tiene que ver con la seriedad. Jesús dice a los setenta que no deberían estar cambiando de casa, aunque les ofrecieran una mejor. ¿Qué nos dice sobre aquellos que cambian de denominación, iglesia, o pastor con frecuencia? Esto implica un doble ánimo que lleva a las personas a cualquier lugar donde sopla el aire, no llenan las sandalias de un verdadero siervo, además, la inconstancia no agrada a Dios (Stg. 1:8-9).

En reciprocidad a la hospitalidad de la ciudad y de la casa los setenta deberían “sanar” a los que estuvieran enfermos, dada la investidura de la que el Señor proveyó a los enviados. La sanidad sería algo maravillosamente fácil y evidente, no tiene porqué ser diferente hoy día, todavía el Señor sana, no ha perdido poder ni perspectiva.

El tema de la predicación es claro “se ha acercado el Reino de Dios”. El mensaje central es muy poco compatible con temas de prosperidad o auto exaltación. El mensaje es el de Cristo: Dios ha venido a salvar al hombre de sus pecados, el hombre es pecador y el Reino de Dios hoy está más cerca y alcanzable que nunca. Un mensaje demasiado simple para algunos y demasiado viejo para otros, pero es el mensaje.