Regreso de un espíritu inmundo, 11:24-26  

Lc 11:24-26 “Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y no hallándolo, dice: Volveré a mi casa de donde salí. Y cuando llega, la halla barrida y adornada. Entonces va, y toma otros siete espíritus peores que él; y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero”.

El texto enseña que el mejor lugar donde el espíritu inmundo encuentra el “alivio” o “reposo” que anhela, es dentro de un hombre. La tendencia del demonio es regresar a ver cómo está la casa “de donde salió” (ellos son conscientes de lo que son). La expresión, en primera persona del singular: “Volveré a mi casa de donde salí”, muestra que tienen personalidad, son “alguien”, no “algo”. (Pablo usó el mismo vocablo “casa”, como metáfora, para hablar de su propio cuerpo (2 Co 5:1). La necesidad mueve a este demonio a regresar a ver cómo está el hombre que poseía: “Halla la casa barrida y adornada”. Mateo 12:44 añade espeluznantemente: “desocupada”, es decir, sin usarse por nadie.

El lugar que debería de ocupar el Espíritu Santo sigue vacío, pues la persona quedó libre pero no aceptó a Jesucristo como su Salvador personal. Puesto que el hombre, “su casa” no fue ocupada, queda una vacante de puerta abierta, tan abierta que caben más inquilinos malévolos. La narración es tan cruda como horrorosa. El espíritu va en busca de más demonios porque quiere vengarse del hombre del que salió, por ello busca espíritus peores que él para causar el mayor daño posible; de verdad que son seres de maldad.

Nota doctrinal: Nunca se debe estudiar el mundo de los demonios desde la perspectiva humana, menos desde la perspectiva de Satán, pues terminaremos extraviados. La demonología, doctrina que trata sobre los demonios, debe estudiarse desde la perspectiva cien por ciento bíblica. Las experiencias personales pueden ayudar siempre y cuando no contradigan el texto sagrado. En la actualidad, con todo y lo que los incrédulos digan, mofándose de los cristianos, ¡los demonios no han cambiado de táctica para actuar!