Lc 14:13-14 “Mas cuando hagas banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos; y serás bienaventurado; porque ellos no te pueden recompensar, pero te será recompensado en la resurrección de los justos.”.

Se esperaba que todo judío invitara a una fiesta, sobre todo en un shabat, a los necesitados, porque se tomaba como una oportunidad para hacer el bien. Sin embargo, este pasaje demuestra la búsqueda de la honra como recompensa por parte de los invitados. Eso lleva a hacer todo lo necesario para agradarles.

Para meditar: Qué triste cuando se pierde la identidad, las intenciones de las acciones y por consecuencia al rey de nuestra vida. Algunos anfitriones de ese tiempo habían perdido de vista la importancia de hacer el bien en el tiempo de shabat y lo más preocupante, es que perdieron de vista al Señor del Shabat.

Cuando nos olvidamos de quién es el más importante en la obra del Señor, nos olvidamos de Él y el ministerio se torna tan egocéntrico que no se alcanzan a ver los propósitos originales de la iglesia.
Cuántos problemas nos evitaríamos si tan sólo recordáramos: quiénes somos, quién es Dios, quiénes son nuestros consiervos.