El joven rico, Lc 18:18-30

Lc 18:24“Al ver Jesús que se había entristecido mucho, dijo: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Porque es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios".

Jesús le siguió con la mirada, explica Marcos que se dirigió a los que con el estaban, lamentando lo difícil que le es a un rico entrar al reino de Dios. Aunque en la Biblia, las riquezas son un regalo de Dios, pues hombres como Abraham, Jacob y Salomón (Gn 13:2; 30:43; 1 R 3:13) son ejemplo de haber obtenido la riqueza como bendición de Dios. No se debe olvidar que el hombre es administrador de los bienes que Dios ha puesto en su mano. La contraparte sucede cuando la riqueza endurece el corazón del hombre, y toma el lugar de Dios, de tal forma que el rico empieza a hablar con dureza (Pr 18:23) hasta el punto en el que Jesús señala que los hombres se han convertido en esclavos de la riqueza, de tal manera que no pueden alcanzar la salvación.

La metáfora utilizada por Jesús en esta ocasión es objeto de varios estudios, pero el propósito de la misma no ha estado en discusión en ninguna investigación: las riquezas en todos los tiempos serán una fuerte barrera para volverse a Dios. (Para una mayor aclaración de esta nota, ir al comentario de Marcos 10:25).