Nacimiento de Juan el Bautista, Lc 1:57-66  

Lc 1:59-63 “Aconteció que al octavo día vinieron para circuncidar al niño; y le llamaban con el nombre de su padre, Zacarías; pero respondiendo su madre, dijo: No; se llamará Juan. Le dijeron: ¿Por qué? No hay nadie en tu parentela que se llame con ese nombre. Entonces preguntaron por señas a su padre, cómo le quería llamar. Y pidiendo una tablilla, escribió, diciendo: Juan es su nombre. Y todos se maravillaron”. 

El octavo día era el marcado por la ley Mosaica para la circuncisión (Gn 7:12), San Pablo también fue circuncidado al octavo día (Fil 3:5). La costumbre era llamar a los niños por el nombre del padre (aquí nace la costumbre en la religión católica de bautizar a los niños pequeños, en realidad mal entendida, porque no es lo mismo circuncisión que bautismo, ya que el bautismo es un acto que con pleno uso de razón lleva a cabo la persona adulta).

Elisabet afirma que no, que se llamará Juan “lleno de gracia” Los vecinos y parientes no estaban muy convencidos, querían que llevara el nombre del padre, como un honor por haber recibido hijo en su vejez.

Entonces fueron y a señas le preguntaron cómo quería llamar al bebé, Zacarías viendo la profecía cumplida escribió en presente “Juan es su nombre” Su asombro fue grande porque él no escuchaba, ni hablaba y respondió lo mismo que su esposa.