En la sección anterior el Señor Jesús habló acerca de los acontecimientos que ocurrirían justo en el tiempo inmediatamente precedente al fin de la edad. En el versículo 12 Jesús, en lugar de continuar con la secuencia de eventos futuros como lo hace en Mateo 24:8,9 y Marcos 13:9, regresa al período inmediato de su tiempo usando la expresión “pero antes de todas estas cosas os echarán mano.” En esta sección, Jesús anticipa a sus discípulos las terribles persecuciones que sufrirían por causa de su nombre. No obstante, aun en medio de tal oposición, sería el tiempo propicio para “dar testimonio” de la verdad ante personas honorables como “reyes y gobernadores.” En realidad, no pasó mucho tiempo para que los discípulos sufrieran persecución y experimentaran las palabras dichas por Jesús tal y como se registra en el libro de los Hechos (4:8; 5:29,41; 8:1,3; 9:1,2; 12:1,2).
A pesar de toda clase de persecuciones que tendrían que enfrentar los discípulos, Jesús les da una promesa como garantía de que él estaría con ellos. Él les promete darles “palabra de sabiduría” para que puedan defenderse delante de las autoridades, ya sean judías o romanas, a las cuales los enemigos del evangelio no podrán resistir ni contradecir. El texto griego dice literalmente stóma kai sofían (“boca y sabiduría”) lo cual es una figura retórica llamada “hendiadis” que consiste en emplear dos palabras o expresiones para comunicar una sola idea. El mismo término “boca” se usa para significar lo que se está diciendo ( metonimia). Lo importante era que los discípulos no debían temer sino confiar y esperar de la ayuda sobrenatural que Jesús les otorgaría en el momento crítico.
Jesús anuncia también que la persecución que sufrirán sus seguidores se complicará y agravará más porque aun los miembros inconversos de sus propias familias tales como “padres, y hermanos, y parientes, y amigos” serán quienes los entregarán a las autoridades civiles a tal grado que “matarán a algunos” de ellos. En última instancia serán “aborrecidos de todos” por causa del nombre del Señor, pero lo maravilloso en medio de todas estas dolorosas experiencias es que el Señor, en su soberanía seguirá teniendo el control de todo y les promete que “ni un cabello de vuestra cabeza perecerá” a menos que forme parte de su perfecta voluntad. Por parte de los discípulos, deberán de enfrentar la adversidad con un alto nivel de “paciencia” para mantenerse con vida.