En el camino a Emaús, Lc 24:13-35 (Mr 16:12,13)  

Lc 24:13-17 “Y he aquí, dos de ellos iban el mismo día a una aldea llamada Emaús, que estaba a sesenta estadios de Jerusalén. E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido. Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos. Más lo ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen. Y les dijo: ¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis y por qué estáis tristes?”.

Las primeras palabras del versículo 13 unen y relacionan este episodio con el anterior. Al usar Lucas la expresión “y he aquí”, dirige la atención del lector a una nueva etapa de la narrativa. Lucas menciona a dos discípulos que caminaban rumbo a una aldea llamada “Emaús”, la cual se ubicaba a sesenta estadios de Jerusalén (siete millas). El que Lucas mencione a dos discípulos no es casualidad ya que, de acuerdo a la ley judía, dos testigos eran necesarios para validar un hecho. Estos discípulos no eran del grupo de los once (los apóstoles), pero muy probablemente eran dos muy cercanos seguidores de Jesús, que habían ido a Jerusalén para la fiesta de la pascua.

La ubicación de la aldea de Emaús que se encontraba a sesenta estadios (u once kms) de Jerusalén no es fácil de identificar. Hoy en día se mencionan distintos posibles lugares como para ubicar la antigua Emaús. Dos sitios están localizados aproximadamente a la distancia correcta. Ellos son, Abu-Ghosh, que se encuentra a nueve millas de distancia de Jerusalén, y El-Qubeibeh que se encuentra a siete millas de dicha ciudad.

El tema del diálogo entre estos dos discípulos era con respecto a los últimos acontecimientos ocurridos en la ciudad de Jerusalén sobre la muerte y resurrección de Jesús. Lucas dice que estos discípulos “hablaban y discutían entre sí” sobre tales acontecimientos. De esta manera, Lucas prepara el ambiente para la aparición en escena del Señor Jesús. Aunque ya el Señor caminaba con ellos, éstos no le reconocieron porque declara Lucas que “los ojos de ellos estaban velados”.

El Señor Jesús es quien toma la iniciativa para abrir el diálogo con los dos viajeros. Les pregunta sobre la naturaleza de la conversación entre ellos diciéndoles: “¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes?” (v. 17). Lucas ha usado tres verbos griegos diferentes para describir el contenido de la conversación entre ellos. Primero dice que “hablaban y discutían entre sí” (v. 15), los verbos griegos son “homilein” traducido como “hablaban” (usado en los versículos 14 y 15), “suzetein” traducido con la palabra “discutían”. El tercer verbo que aparece en el versículo 17 es “antiballete” el cual se traduce como “pláticas”. A través del uso de esta terminología Lucas quiere mostrar el extenso y profundo intercambio de ideas entre ellos tratando de comprender los acontecimientos sobre la vida de Jesús.

Aunque Lucas menciona a dos discípulos, solo da el nombre de uno de ellos Cleofas, porque probablemente era conocido por sus lectores. El nombre Cleofas es de origen arameo y una abreviación de Cleopatros. No es el mismo personaje que se menciona en Juan 19:25 donde el nombre griego es “Clopa”. Una antigua tradición lo identifica con un tío de Jesús, hermano de José, y padre de Simeón, quien llegó a ser un líder en la iglesia de Jerusalén.

Cleofas se asombró que el acompañante inesperado no estuviera informado sobre los últimos acontecimientos ocurridos en Jerusalén en aquellos días porque, por supuesto, no sabía que era Jesús. Entonces el Maestro responde con otra pregunta y les dice: “¿Qué cosas?”, a lo que estos viajeros dan una extensa explicación sobre lo acontecido.