Jesús de Nazaret, Lc 4:16-30 (Mt 13:53-58; Mr 6:1.6)  

Lc 4:20-23 “Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. 21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. 22 Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José? 23 El les dijo: Sin duda me diréis este refrán: Médico, cúrate a ti mismo; de tantas cosas que hemos oído que se han hecho en Capernaum, haz también aquí en tu tierra. 24 Y añadió: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su propia tierra.” 

Este es el momento culminante de la estancia de Jesús en la sinagoga de Nazaret, la concurrencia todo esperaba, menos que el hijo del carpintero José y de la sencilla María, se autoproclamara como el Mesías. ¡Qué osadía! Sin embargo, era una realidad, frente a sus ojos se estaba revelando la culminación de miles de años y de centenas de profecías de todos los siglos. En este sentido Felipe hace alusión a este hecho cuando quiere atraer a Natanael al grupo de discípulos de Jesús en Jn 1:45,46.

Jesús termina con la espera con una sencilla palabra: “Hoy”, sí “hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”. Y así fue, a partir de ese momento y en esa ciudad, el ministerio de Jesús no solo se dio a conocer, sino que creció a alturas inimaginables ante la sorpresa y rechazo de muchos.
Habría que decir, que tanto Mateo 4:13, como Marcos 1:21-34 y Juan 2:12 a estas alturas ya habían narrado varios milagros y acciones de Jesús, por lo cual Lucas hace una diferencia al incluir en su narrativa este encuentro con sus paisanos. ¿Cuál sería la razón para incluirlo? Posiblemente el hecho de enfatizar el llamado mesiánico de Cristo, así como el rechazo premonitorio que Jesús iba a tener durante toda su trayectoria en esta tierra.

Para meditar: En la mayoría de las culturas existe un refranero popular, así también en la cultura judía. Jesús cita un refrán popular en sus tiempos: “…Médico cúrate a ti mismo…” llama la atención que solo Lucas siendo médico sea el único evangelista que anota este hecho. Pero esta cita tiene sentido, porque Jesús estaba preparando una de las principales facetas de su ministerio: el de la sanidad de los cuerpos físicos, aunque siempre antepuso la salvación de las almas. Jesús les reconviene su no aceptación del mesiazgo al referirles “…ningún profeta es acepto en su propia tierra”, o sea Jesús no fue bienvenido por sus conciudadanos. Tal vez alguno ha experimentado ese rechazo por sus familiares, por sus compañeros de escuela o por los mismos miembros de la iglesia, cuando se le ha otorgado un cargo sobresaliente.