Durante los cuarenta días de ayuno Jesús fue tentado por satanás en el desierto, había también fieras que trataban de atemorizarle. Ahora es llevado a Jerusalén donde con la misma palabra de Dios es probado. El Señor Jesucristo fue un maestro de la interpretación y aplicación de la palabra, no se dejó seducir por la riqueza, la vanagloria de la vida y el sometimiento espiritual. Solo mencionó e interpretó correctamente las palabras que aplicaban a cada tentación que el diablo le ofrecía. (Ver nota en Mr 1:13).