Alimentación de los cinco mil, Lc 9:10-17 (Mt 14:13–21; Mr 6.30–44; Jn 6.1–14)  

Lc 9:13 “Él les dijo: Dadles vosotros de comer. Y dijeron ellos: No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta multitud”.  

Este es uno de los milagros más conocidos del Señor: la alimentación de los 5000. Es tan importante que es el único milagro que los cuatro evangelistas narran en paralelo, así que debe ser tan llamativo como importante.

La respuesta del Maestro de verdad que fue sorprendente: “dadles vosotros de comer”.Según el evangelio de Juan, fue Andrés quien trajo un muchacho (Jn. 6:8-9) quien llevaba cinco panes de cebada y dos pececillos, pero se quejó viendo lo imposible: “mas ¿qué es esto para tantos?”. Y desde entonces sabemos que las pequeñas semillas de mostaza pueden mover montañas de verdad.
Se cuenta que los primeros cristianos dibujaban un pez con la nariz dirigiendo a los creyentes al punto de reunión secreto; dentro del pez escribían con letras unciales (mayúsculas) ΙΚΘΥΣ (ikthus) que significa «pez», pero en realidad se trataba de un acróstico:
Ι: Iesous (Jesús)
Κ: Κristos (Cristo)
Θ: Theou (De Dios)
Υ: Uĩos (el Hijo)
Σ: Sôter, (salvador)
«Jesucristo Hijo de Dios, Salvador»

Para meditar: “Dadles vosotros de comer”. Desde siempre el Señor se ha preocupado por los suyos, los que han sido llamados a servirle en el ministerio deben entender aceptar la responsabilidad de “darle a la gente de comer”, el alimento de sus almas, pero también el alimento de sus cuerpos. Bueno es no olvidar que un estómago vacío no escucha bien un sermón.