Jesús anuncia su muerte, Lc 9:21-27 (Mt 16:21–28; Mr: 8.31-9:1)  

Lc 9:22 “Y diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día”.  

El Señor hace un resumen fatal de lo que iba a hacer en Jerusalén y se oye tan macabro que deja en silencio a los doce por un momento: Padecer muchas cosas. Como nadie jamás ha sufrido, ser desechado por los ancianos. Los líderes lo descartarían como Mesías. Ser desechado por los principales sacerdotes, la religión lo rechazaría. Ser desechado por los escribas. Ser muerto, resucitar al tercer día. La victoria más grande que el mundo y el universo han conocido jamás.