Jesús anuncia su muerte, Lc 9:21-27 (Mt 16:21–28; Mr: 8.31-9:1)  

Lc 9:24 “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará".  

Este es un buen ejemplo de la figura de lenguaje, llamada “paradoja”, pues se supone que si uno busca salvarse es lo que debe encontrar, y si uno pierde su vida, pues la ha perdido. Es la misma enseñanza del versículo 23 pero dicho de otro modo. Cargar la cruz, es perder la vida que uno estaba acostumbrado a seguir, es menguar para que Jesús crezca como lo afirmó Juan el Bautista (Jn. 3:30).
Lo que parece una gran desgracia para el hombre común, morir en manos de pecadores sedientos de venganza para destruir el nombre de Jesús, en realidad es una gran victoria. Perder la vida por causa del Jesús es en realidad ganarla.

Vida: gr. Psiqué: alma, vida, persona. El texto involucra más que “vida” cuando dice: “quien quiera salvar su vida…” implica lo más profundo de uno mismo, incluyendo el intelecto, no solo el latir del corazón. El alma del individuo está también en la lista de lo que se puede ganar y perder. Es perder el alma en la condenación.