Jesús reprende a Jacobo y a Juan, Lc 9:51-56  

Lc 9:55 “Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; 56 porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea”.  

El Maestro les reconviene diciéndoles: “no saben de qué espíritu sois…” lo que quiere decir es: “no entienden el ministerio de la vVida eEterna ni la actitud correcta que deben tener en este ministerio”. Esta frase “vosotros no sabéis de qué espíritu sois” no aparece en muchos manuscritos antiguos, aunque no significa que en los autógrafos sea inexistente, y explica bien el contexto de la reprimenda.

Jesús continúa su regaño haciendo énfasis en que no ha venido para “perder” las almas de los hombres, sino para salvarlas. El alma es el hombre mismo y él quiere salvarla, pues es inmortal.

El Señor no vino a consumir a los hombres, sino a salvarlos. Muchos dicen: “Dios lo va a mandar al infierno”, Dios ha enviado a su Hijo para precisamente salvarnos del fuego eterno. Nos ama, no quiere mandar a nadie a la condenación, por ello ha pagado un precio muy alto y la salvación es totalmente gratuita.

¿Cuál fue la solución que buscó Jesús al problema de la inhospitalidad del la aldea? poner la otra mejilla; es decir, una respuesta pasiva: mandó ir a otra aldea. Así de simple, evitó la confrontación con amor y sabiduría.